¿Dieta o cambio de hábitos alimentarios?
1. No metas en tu mente la idea de que estás a dieta. Es mejor asumir que has cambiado a una alimentación saludable. Parece algo inofensivo, pero el hecho de pensar en dieta es igual a restricción y esto te hará más difícil el proceso.
2. Cambiar los hábitos alimentarios. Por breves periodos no es eficiente, ya que una vez que la abandones volverás a ganar peso. Lo indicado es optar por aquellos que sabes que puedes conservar permanentemente, con porciones suficientes para cubrir tus necesidades nutricionales.
3. El convencimiento. Tu objetivo de perder peso debe ir más allá que el que te quede bien la ropa que usarás para una boda; si tienes claro por qué lo haces y los beneficios que esto te representa, podrás apegarte a los cambios sin mayor problema.
4. ¡No le apuestes a la báscula! Primero, recuerda que no es adecuado estarte pesando a cada momento, eso puede desanimarte si no obtienes los resultados inmediatos que esperas. En todo caso, hazlo de manera mensual, así podrás observar cambios reales.
5. La honestidad ante todo. Algo muy frecuente es que ante el mundo intentas hacer un cambio de alimentación, pero al estar en solitario te concedes ciertas libertades con la idea de que no son significantes. Estas debilidades pueden causarte problemas. No limites alimentos de manera tajante, mejor reduce porciones.
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