Una piel sana es indicio de que el cuerpo está sano. Consejos para que su piel luzca hermosa.
Mantener la piel en buen estado no depende sólo de las cremas que usemos o de factores hereditarios, o enferma por alteraciones cutáneas, como dermatitis o psoriasis. Su aspecto obedece directamente a los cuidados que le damos. La salud de la piel depende del estado de pureza que tenga la sangre y para que esta se conserve en ese estado es necesario mantener los diferentes órganos sanos. Las señales de la piel son indicios evidentes de lo que le sucede al cuerpo en su totalidad. En la medicina natural la piel se considera el tercer pulmón, por la función que realiza al eliminar las sustancias de desecho del metabolismo y por la respiración cutánea. La piel se renueva cada 28 días y esa permanente renovación requiere un aporte continuo de nutrientes esenciales y un déficit en la dieta ocasiona alteraciones en su apariencia. Por tanto, una alimentación que asegure el aporte correcto de nutrientes contribuye a mantenerla en perfecto estado, a prevenir o a disminuir las arrugas y a mantener su frescura.
Entre lo que conviene evitar está la exposición al sol sin protección, el aire acondicionado, el tabaco, la contaminación ambiental y estilos de vida poco convenientes (mala alimentación, sedentarismo, estrés emocional…). Por el contrario, una dieta y un estilo de vida equilibrados serán grandes aliados para que luzca sana. Los pilares básicos para los cuidados de la piel son una elevada hidratación y una correcta nutrición de sustancias grasas, vitaminas y minerales. Cumpliendo estos requisitos la piel ejerce correctamente su función principal que es la protección. ¿Cuáles son esos aliados?
La bondad de los productos
Clara de huevo: Cuando se seca sobre la piel absorbe todas las secreciones, limpiando profundamente, en especial aquellas pieles grasas.
Yema de huevo: La yema del huevo es nutritiva y suavizante, sobre todo para aquellas pieles secas. Es rica en sustancias grasas y fósforo.
Tomate: La ingesta de tomate es excelente para combatir los puntos negros, y es muy efectivo para blanquear las manchas provocadas por exposiciones al sol.
Limón: Es un eficaz previsor del acné por su contenido en vitamina C. Es un excelente astringente y tiene efecto tensor. Puede tomarlo en jugo o aplicarlo directamente en granos, espinillas y manchas de la piel.
Pepino: Las rodajas de pepino suavizan la piel y calman la sensación de fatiga.
Miel: Deja la piel suave y aterciopelada. Tiene facultades astringentes y regenerativas. La puede aplicar en forma de mascarilla.
La avena : tiene grandes propiedades humectantes y cualidades dermocosméticas. Es uno de los principales activos naturales en la hidratación de la piel. Se puede usar también como mascarilla.
Naranja: El jugo de naranja en una máscara otorga luminosidad y vida a la piel.
Los aliados de la piel
La hidratación, fundamental para la piel, se consigue mediante el consumo directo de agua, y del agua que ingerimos en frutas y verduras. El agua también ayuda a eliminar más fácilmente las toxinas.
Ácidos grasos monoinsaturados (aceite de oliva y aguacate) y ácidos grasos poliinsaturados (aceites de semillas, frutos secos oleaginosos y el pescado).
Vitamina A. que ejerce un papel esencial en la renovación de la piel y de las mucosas. Está presente en alimentos de origen animal como hígado, grasas lácteas (queso y mantequilla), yema de huevo y lácteos completos. Abunda en verduras de hoja verde (brócoli, espinacas…) y de coloración roja, anaranjada o amarillenta (zanahoria, calabaza…), y en frutas como mango, papaya, cerezas, melón y melocotón.
Vitamina C. Tiene acción antioxidante y brinda producción de colágeno para mantener la piel tersa y sin arrugas. Está en frutas y verduras frescas, por ejemplo en pimentón, tomate, lechuga, repollo, kiwi, cítricos, melón, fresas, moras y en general en todas las frutas tropicales.
Vitamina E. Neutraliza la acción dañina de los radicales libres, que aumentan con los rayos solares y que son la causa de las denominadas “manchas de envejecimiento”. Se encuentra sobre todo en el germen de trigo, el aceite y las semillas de girasol, almendras, maní, nueces, salvado de arroz y trigo, y en el aceite de soya.
Hierro. Su déficit suele ser la causa de que la piel esté pálida por la disminución de la hemo-globina. Se encuentra en: vísceras, carnes, pescados y huevos; levadura de cerveza, frutos secos y desecados, cereales, legumbres y verduras de hoja verde.
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