La mayoría de las personas de las sociedades occidentales solamente consumen la pulpa de la sandía, pero en realidad es posible consumir dicha fruta por completo, incluyendo la pulpa, las semillas y la cáscara. Además, las semillas tienen propiedades nutritivas.
Las semillas de sandía tienen su propia composición nutricional, incluyendo proteínas, grasas, hierro y otros nutrientes, además de ser una fuente de calorías.
Calorías: En 1 taza (108 g) de semillas de sandía hay aproximadamente 602 calorías. En comparación con 1 taza de arroz integral cocido, que contiene solamente 216 calorías, las semillas de sandía tienen un número relativamente alto de calorías por gramo o por taza.
Grasa: Las semillas de sandía están compuestas por alrededor de 50 por ciento de aceite, lo que explica su relativamente alto contenido graso. El mayor porcentaje son grasas saturadas y no contienen ácidos grasos trans.
Proteína: Las semillas de sandía están compuestas por alrededor de un 35 por ciento de proteína y son una buena fuente de dicha sustancia por cada gramo. De los nueve aminoácidos esenciales, las proteínas contenidas en las semillas de sandía ocupan un lugar destacado de entre todas menos una, la lisina.
Otros nutrientes: Las semillas de sandía son una buena fuente de diversas vitaminas y minerales. Cada taza contiene una cantidad significativa de las siguientes vitaminas: Tiamina, riboflavina niacina y ácido fólico. En cuanto a los minerales, las semillas de sandía proporcionan calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, zinc, cobre y manganeso.
Masticar las semillas: Debido a su tamaño y su duro revestimiento exterior, si las semillas de sandía no se mastican o se rompen antes de ingerirse pueden pasar a través del tracto digestivo de una persona sin ser procesadas. Si esto sucede, las semillas y sus nutrientes no serán absorbidos por el cuerpo. Debes masticar las semillas de sandía antes de ingerirlas si deseas obtener su contenido nutricional.
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