Con el pasar de los años el cuerpo humano pasa por distintos procesos que dejan claras consecuencias, como el envejecimiento. Una de estas consecuencias tan temidas es la pérdida del cabello. Por suerte, hay intervenciones médicas que ayudan a recibir el impacto del paso de los años con una menor fuerza, entre ellas, el transplante de cabello.
El transplante de cabello consiste en tomar folículos de la zona genéticamente permanente para luego trasnplantarlo y ubicarlos artísticamente en las zonas de la cabela donde el cabello ya se ha perdido o está por perderse. La tecnología utilizada en este proceso es la de la microcirugía, la cual deja una apariencia casi natural en el paciente.
Una vez que el paciente se ha paseado por todo el espectro de posibilidades farmacológicas,se puede pensar en la posibilidad de reubicar los folículos pilosos que están ubicados en la zona occipital del cuero cabelludo. Ese cuero cabelludo tiene un marcador genético diferente que impide que se pierda el cabello. Habrán notado que nadie es calvo detrás de las orejas, eso se queda allí, en cambio, la parte superior siempre pierde cabello, sobretodo los hombres por cuestiones hormonales.
El cabello tiene un ciclo de vida determinado. Cada uno de ellos crece continuamente entre dos y cuatro años, luego dejar de crecer por un período de tiempo de dos a cuatro meses, para finalmente desprenderse y dar lugar a un nuevo cabello más saludable. Debido a este proceso, se pierden entre 50 y 100 cabello diarios.
Según estudio recientes, el 50% de los hombres y el 30% de las mujeres presentan alopecia androgénica, una condición en la que la pérdida de cabellos por día es mucho mayor al rango normal. Hay muchas causas que pueden desencadenar este tipo de alopecia, muchas de ellas genéticas e irreversibles. Sin embargo, hay ciertas recomendaciones que pueden mejorar la salud del cabello, por ejemplo, evitar el uso de las “colas de caballo” o atarse el cabello con gomitas o pinzas de mucha presión, ya que producen la caída del cabello por tracción. “Hay algunos aspectos genéticos que se pueden corregir, pero si la genética lleva al paciente a la calvicie, lo mejor es aceptarlo y tener en cuenta que puede transplantarse el cabello”, agregó el especialista.
La técnica francesa de microcirugía en la que se retira una pieza completa de la zona occipital de unos 15cm aproximadamente, dependiendo de la necesidad y la densidad capilar. Una vez que extraemos ese trozo de piel, confrontamos los bordes, hacemos un pliegue en la piel y lo suturamos dejando una cicatriz de 1mm aproximadamente”, explicó el Doctor Gerardo. “Ese trozo se fracciona en pequeños grupos de folículos que se perfilan con instrumentos especiales. En la zona recepetora se hacen incisiones de menos de 1mm, muy pequeñas, donde esos cabellos son colocados uno a uno con pinzas de microingerto en esas ranuras. Como es tan preciso y ajustado, el sistema inmunológico lo reconoce e inmediatamente empieza a llenarlo de sangre y lo integra. Esa integración demora entre 3 y 4 meses aproximadamente y después no queda ni una cicatriz. Ese cabello que se implanta, a los 15 o 25 días se cae y el paciente queda como si no se hubiera operado. A los 90 días, gracias al proceso de generación capilar, ya se produce un nuevo cabello”.
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