Vas en el bus, hay una persona sentada al lado tuyo y comienza a bostezar. Inmediatamente no puedes evitar que las comisuras de tus labios empiecen abrirse. No eres el único. Este fenómeno puede contagiarse por todo el vehículo.
Que los bostezos son contagiosos es algo bien conocido por todos. Una nueva teoría relaciona esta misteriosa reacción con la temperatura del cerebro. Lo que parece más difícil de averiguar es por qué el bostezo es contagioso.
¿Por qué? ¿Por qué vemos a alguien bostezar, o simplemente pensamos en ello, y se nos abre a nosotros la boca? ¿Por qué son contagiosos los bostezos?
Tal y como destaca un estudio realizado por la revista BBC Focus, sólo los humanos, los chimpancés y los perros se "transmiten" los bostezos uno a otros. A lo largo de los últimos años se han elaborado diversas teorías para explicar esta reacción automática y difícil de comprender a la que no escapa ni un solo ser humano, de alta o de baja cuna, y a la que no puede resistirse ni el más estricto de los cursos de protocolo.
Otros estudios han aportado al menos una conclusión a por qué se produce esta reacción: sirven para enfriar el cerebro, comprobando que la frecuencia con la que se producen estos bostezos varía según la temperatura ambiental, de tal manera que las personas son menos propensas a abrir la boca cuando el aire libre está más caliente que la temperatura corporal.
Según explican Gallup y su ayudante Eldakar Omar en el diario médico "Fronteras de la neurociencia evolutiva", estas variaciones demuestran que el bostezo puede servir como un mecanismo para regular la temperatura del cerebro, informan, entre otros, los diarios médicos Science Daily .
Gallup y Eldakar midieron la frecuencia con la que bostezaban 80 personas durante el invierno de Tucson (Arizona), y otras 80 durante el verano, y comprobaron que los participantes eran más propensos a bostezar en la temporada invernal en comparación con los meses más cálidos.
¿Cuánto lo hacían?Eso depende de cada uno, pero según explicó en el diario argentino La Nación el profesor Diego Golombek , doctor en Ciencias Biológicas y profesor de la Universidad Nacional de Quilmes, este gesto (que dura de media unos seis segundos) se puede repetir hasta 26 veces cada media hora. En total, se estima que una persona bostezará unas 240.000 veces a lo largo de su vida. Casi nada.
Según explican Gallup y su ayudante Eldakar Omar en el diario médico "Fronteras de la neurociencia evolutiva", estas variaciones demuestran que el bostezo puede servir como un mecanismo para regular la temperatura del cerebro, informan, entre otros, los diarios médicos Science Daily .
Gallup y Eldakar midieron la frecuencia con la que bostezaban 80 personas durante el invierno de Tucson (Arizona), y otras 80 durante el verano, y comprobaron que los participantes eran más propensos a bostezar en la temporada invernal en comparación con los meses más cálidos.
¿Cuánto lo hacían?Eso depende de cada uno, pero según explicó en el diario argentino La Nación el profesor Diego Golombek , doctor en Ciencias Biológicas y profesor de la Universidad Nacional de Quilmes, este gesto (que dura de media unos seis segundos) se puede repetir hasta 26 veces cada media hora. En total, se estima que una persona bostezará unas 240.000 veces a lo largo de su vida. Casi nada.
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